En México 25% de personas entre 18 y 65 años tienen algún problema de salud mental, y solamente el 3% busca atención médica. México ocupa el segundo lugar en el mundo en discriminación hacia las personas con una enfermedad mental. El primer lugar lo ocupa Ucrania.
Del 2019 al 2021 los casos de suicidio aumentaron 15%. México cuenta con una tasa nacional de 3.68 psiquiatras por cada 100 000 habitantes. En tanto que la OMS recomienda que la tasa promedio sea de 10 psiquiatrías por la misma cantidad de habitantes.

La salud mental siempre es un tema espinoso y desafortunadamente tratado con desdén.

Recientemente en el 2022, en México se promulgó la nueva reforma a la ley general de salud, en el artículo 74, de dicha reforma, nos indica la desaparición paulatina de los hospitales psiquiátricos:

“...para eliminar el modelo psiquiátrico asilar, no se deberán construir más hospitales monoespecializados en psiquiatría; y los actuales hospitales psiquiátricos deberán, progresivamente, convertirse en centros ambulatorios o en hospitales generales dentro de la red integrada de servicios de salud”

Esto pone en duda si existe una adecuada planeación en un modelo de salud mental integral en México. Queda en duda como se tratarían las personas con trastornos mentales o por consumo de diversas drogas que presentan una crisis aguda, con riesgo auto o heteroagresivo, si serán manejadas en un hospital general, o en un modelo ambulatorio. Y, cuál sería el seguimiento y acciones preventivas. Qué papel juega el sector público y el privado. Y que interacción hay entre estos dos.

Las casas de transición son un modelo de atención en salud mental a largo plazo, con atenciones en instalaciones menos asépticas que el hospital. Tratan de proveer al usuario un ambiente más familiar, donde se realizan actividades en conjunto con el equipo terapéutico. Va encaminado más hacia la prevención de recaídas, desintoxicación del individuo, manejo y control de crisis emocionales. Un ejemplo de ello es el modelo ATMC, en Sedona Arizona.

Casa nelumbo es la primera casa de transición en México, cuyo modelo se aplica a los 3 ejes de la persona (cuerpo, mente y espíritu), cuyo objetivo es ayudar a personas que están pasando por una crisis en su salud mental, o acaban de salir de un internamiento en alguna clínica de rehabilitación o están lidiando con algún duelo. El modelo es creado por el emprendedor regiomontano Enrique González L. La atención es proporcionada por profesionales de la salud mental altamente capacitados, con empatía y habilidades que permiten la correcta rehabilitación. Además, existen profesionales que atienden una dieta especializada, personal de enfermería y personal que guía y orienta para la percepción espiritual de cada individuo. Los pacientes en casa nelumbo son denominados residentes. Porque la tarea es volver a empoderar a nuestros residentes para que poco a poco lleven estas herramientas a su realidad externa que los espera.