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21 de agosto de 2023 Publicado por MedChannel 2,205

Chagas: El mal silencioso de América Latina

  • Se calcula que en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas por el Trypanosoma cruzi, parásito causante de este padecimiento, la mayoría se encuentra en América Latina.
  • Las estrategias clave para prevenir la enfermedad incluyen: control de vectores, cribado de la sangre, productos sanguíneos y órganos antes de una transfusión o trasplante, la realización de pruebas y tratamiento de niñas, mujeres en edad reproductiva y recién nacidos que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario.
  • La enfermedad se transmite a través de los triatominos (vía vectorial), así como por vía oral (alimentos), transfusiones de sangre, de la madre al hijo (congénita), por trasplante de órganos y por accidentes de laboratorio.
  • Se puede curar si el tratamiento se inicia poco después de producirse la infección. En los pacientes crónicos, el tratamiento puede prevenir o frenar la progresión y evitar la transmisión.
  • Hasta 1/3 de los pacientes crónicos presentan alteraciones cardíacas y 1:
    10, alteraciones digestivas, neurológicas o combinadas.


Patogenia
El causante es el protozoo hemoflagelado Trypanosoma cruzi. En área endémica, la infección se adquiere por el contacto con las heces de triatominos hematófagos infectados tras la picadura del insecto, en el momento del contacto, los tripomastigotes (formas flageladas) penetran en el organismo por el punto de inoculación y se diferencian en formas redondeadas denominadas amastigotes, estos se multiplican por fisión binaria y se diferencian en tripomastigotes, lisan la célula y se diseminan a través del torrente sanguíneo por todo el organismo, condicionando un aumento de los niveles de parasitemia. En áreas de transmisión activa, pueden ocurrir brotes por consumo de alimentos contaminados con las heces o el contenido intestinal de los triatominos infectados y en no endémicas, se transmite por vías alternativas como de madre a hijo/a, transfusión de sangre, trasplante de órganos.


Fases de la enfermedad
Fase aguda: tiene una duración de 2 a 3 meses desde la exposición al parásito. Clínicamente sólo el 5% de las personas afectadas presenta sintomatología, desde inespecífica a sistémica grave como: malestar general, signo de Romaña (edema palpebral) cuando la picadura ocurre cerca de la zona, hepato esplenomegalia, meningitis y miocarditis.

Fase crónica: por el control que produce el sistema inmune, se reduce la parasitemia, por lo que los síntomas, si hubo alguno, desaparecen. Sin tratamiento, la infección evoluciona a esta fase en la mayor parte de los casos asintomática (60 - 70%) que puede mantenerse así toda la vida. Por causas aún desconocidas, del 30 al 40% de los infectados desarrollan alteraciones cardíacas, digestivas o del sistema nerviosos central.



Control y prevención
Se ha calculado que el costo de atender a pacientes con manifestaciones cardíacas, digestivas, neurológicas o combinadas crónicas de la enfermedad es más de un 80% superior al de fumigar con insecticida para controlar los vectores y prevenir la infección. El primer nivel de atención y en interacción con otros niveles, desempeña un papel clave en la mejora de detección, tratamiento, seguimiento y notificación. Evaluar los medios de diagnóstico disponibles (pruebas serológicas, quimioluminiscencia rápida, biología molecular) y los algoritmos en relación con los costos por territorio, es fundamental para mejorar la detección de casos. Los sistemas nacionales de información orientados a la vigilancia del número de casos y las vías de transmisión desempeñan un papel clave. Hasta la fecha, 6 de los 44 países con casos de la enfermedad han implementado estos sistemas.

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