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26 de marzo de 2024 Publicado por MedChannel 560

Nutrición sin obsesión: un enfoque hacia la ortorexia

Los trastornos de la conducta alimentaria son desviaciones cualitativas y/o cuantitativas que ocasionan situaciones carenciales, alteraciones orgánicas, cambios en la composición corporal y desajustes importantes de la relación del individuo con el alimento y su entorno. El término ortorexia proviene del griego, orthos (recto, correcto, derecho) y orexia (apetito, deseo), fue introducido por el médico estadounidense Steven Bratman (1997), definiéndolo como una fijación patológica hacia una alimentación equilibrada y saludable.

El consumo de alimentos saludables se considera un hábito loable, pero puede volverse patológico cuando las cogniciones y las preocupaciones conducen a una selección de alimentos tan precisa y rigurosa, que la “dieta correcta” se convierte en el aspecto más importante de la vida, lo que genera restricciones dietéticas importantes, alimentación estereotipada y/o deterioro en áreas fundamentales del funcionamiento cotidiano, donde la forma de preparación y los materiales utilizados, también son parte del ritual obsesivo.



Las personas adscritas a esta tendencia tienen una gran sensibilidad por evitar los alimentos que contienen o podrían tener:


  • Colorantes, conservantes, pesticidas.
  • Ingredientes genéticamente modificados.
  • Grasas poco saludables.
  • Contenidos excesivos en sal, azúcares y otros componentes.

En algunos aspectos las personas con tendencia ortoréxica tienen antecedentes o rasgos comunes con los pacientes que padecen anorexia


La configuración de la dieta diaria ocupa buena parte de su tiempo que podría establecerse en cuatro subapartados:


  1. Se dedica a pensar detenidamente qué va a comer ese día o los siguientes.
  2. Relacionada con la compra meticulosa e hipercrítica de cada uno de los ingredientes.
  3. La preparación de estos ingredientes en la que también tendrán que estar presentes técnicas y procedimientos que no se relacionen con peligros para la salud.
  4. Fase de satisfacción, confort o culpabilidad en función del cumplimiento adecuado de los tres apartados anteriores.

Si alguno de los días no es posible o no ha sido posible cumplir estos ritos, se instaura un sentimiento de culpabilidad y preocupación por la trasgresión o por el no cumplimiento del perfil. Las mujeres, los adolescentes y quienes practican deportes como el físico-culturismo o enfatizan la estética, también son grupos con mayor riesgo, conjuntamente con varones estudiantes.


Prevalencia

Actualmente existen escasos datos confiables sobre su nosología y tasas de prevalencia, por lo que aún no es posible evaluar la importancia clínica de esta conducta alimentaria. Al menos, el 28% de los pacientes con anorexia nerviosa y/o bulimia nerviosa presentan ortorexia nerviosa comórbida al inicio del tratamiento, cifra que aumentó al 53% al término de su proceso terapéutico. Su prevalencia en la población general alcanzaría el 6,9%; los profesionales de la salud poseen un alto riesgo de presentarla, elevándose ésta hasta alrededor del 58%. Turner y Lefevre, destacaron que la comunidad con alimentación saludable en Instagram posee una alta prevalencia de síntomas, así como entre personas con mayor peso corporal, menor nivel educativo, hábitos vegetarianos y en los más deprimidos, sin diferencias de género o edad.


Criterios diagnósticos

Aunque todavía no están suficientemente contrastados, se han propuesto algunos criterios diagnósticos que se basan en la respuesta afirmativa a cada una de estas cuestiones:

  1. Dedicar más de 3 horas al día a pensar en su dieta sana.
  2. Planear de forma excesiva sus comidas con varios días de antelación.
  3. Preocuparse más por la calidad de los alimentos que del placer de consumirlos.
  4. Disminución de su calidad de vida conforme aumenta la "calidad" de su alimentación.
  5. Sentimientos de culpabilidad cuando no cumple con sus convicciones dietéticas.
  6. Ha renunciado a comer alimentos que le gustaban para comer alimentos “buenos”.
  7. Aislamiento social provocado por su tipo de alimentación.
  8. Se siente en paz consigo mismo y cree que todo está bajo control cuando come de forma sana y previsible.


Manifestaciones clínicas

El paciente con ortorexia nerviosa, inicialmente desea mejorar su salud, tratar una enfermedad o perder peso, convirtiéndose finalmente en la dieta en el centro de su existencia, las actividades cotidianas están dominadas por la planificación, compra y preparación de comidas con extrema rigidez respecto a los estándares de nutrición auto-impuestos. De hecho, se ha asociado al consumo más frecuente de vegetales, frutas, frutos secos y semillas, y menos habitual de productos con alto contenido de azúcar, refrigeradores, grasas y aderezos.

Las restricciones dietéticas (que pueden incluir la eliminación de grupos completos de alimentos y adición de purificaciones y/o ayunos), al mismo tiempo, evidencian preocupaciones excesivas por las técnicas y los materiales utilizados en la elaboración de las comidas (deben ser preferentemente de cerámica o madera), pudiendo provocar la pérdida de las relaciones sociales e insatisfacciones afectivas que, a su vez, favorecen la conducta.

Cada desviación de este régimen causa ansiedad y conciencia culpable. Bratman postula que la ortorexia nerviosa está relacionada con un sentimiento ilusorio de seguridad (prevención de enfermedades, temor a ser intoxicado por la industria alimentaria), la necesidad de ejercer un control total sobre la vida, una satisfacción oculta (la filosofía de la alimentación ayuda de manera inconsciente a lograr un modelo culturalmente aceptado de un cuerpo hermoso), una búsqueda de espiritualidad e identidad, y una inclinación al auto-sacrificio.

Además de la desnutrición, pueden presentar diversos grados de anemia, hiper o hipovitaminosis, déficits de oligoelementos, hipotensión, bradicardia, alteraciones digestivas, acidosis metabólica, osteoporosis y muerte por inanición, también la ansiedad y el aislamiento social, pueden ser consecuencias de profunda relevancia. clínica.


Orientación terapéutica

El tratamiento requiere la intervención de un equipo de ayuda en el que participen médicos, psicoterapeutas y dietistas. Es necesaria una exploración médica inicial que favorezca el consenso sobre una dieta más equilibrada y confortable. En los casos preocupantes puede ser necesario el uso de antiserotoninérgicos. Es posible que en varios de estos pacientes resulte un reto difícil de conseguir que sigan un tratamiento farmacológico a diferencia de los pacientes afectados por otros TCA, ya que estos pacientes suelen responder mejor al tratamiento, precisamente por esa preocupación por su salud y autocuidado.

El fenómeno ortoréxico ha sido observado y descrito clínicamente desde fines de los años 90. Sin embargo, ha recibido muy poca atención empírica y todavía no existe un reconocimiento formal de sus manifestaciones como un diagnóstico psiquiátrico, pero ha prevalecido una discusión permanente acerca de su pertenencia al grupo de trastornos alimentarios o al espectro obsesivo-compulsivo.

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