Antibióticos y resistencia: la batalla por la salud global
- La resistencia a los antimicrobianos pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
- La RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad.
- El éxito de la cirugía mayor y la quimioterapia se vería comprometido en ausencia de antibióticos eficaces.
- La prolongación de la enfermedad, la necesidad de más pruebas y la utilización de fármacos más caros, aumentan el costo de la atención sanitaria a los pacientes con infecciones resistentes en comparación con el de infecciones no resistentes.
- Cada año, 480,000 personas presentan TB multirresistente, y la farmacorresistencia empieza a complicar también la lucha contra el VIH y la malaria.
De no hacer nada para frenar esta situación, en 25 años la resistencia a los antimicrobianos podría ser responsable de la muerte de 10 millones de personas al año, a nivel global. Esta “pandemia silenciosa”, es un asunto de enorme preocupación, no solo por el número de muertes que causa actualmente y las que podría causar, sino también por la dificultad que conlleva para los tratamientos y las pérdidas económicas siendo 100 mil millones de dólares para el 2050.
Pero ¿Qué es la resistencia antimicrobiana? En términos generales, es la capacidad de (bacterias, virus, hongos o parásitos) para resistir y sobrevivir a los medicamentos usados para tratarlos. Sin embargo, no han pasado 100 años del inicio del tratamiento con antibióticos y su eficacia ya se encuentra amenazada.
Existen varias clases de antibióticos (penicilinas, quinolonas, sulfonamidas, tetraciclinas, cefalosporinas, carbapenémicos, etc.) cada uno, indicado para el tratamiento de distintos tipos de infecciones. Cuando tomamos antibióticos, no todas las bacterias que están produciendo la infección en nuestro cuerpo desaparecen, algunas siguen con vida. Con el paso del tiempo, estas bacterias pueden desarrollar mecanismos genéticos para resistir el efecto de los antibióticos y transmitirlos a las siguientes generaciones (lo que se conoce como transmisión vertical de genes). Por si esto fuera poco, los genes de resistencia pueden transmitirse entre distintos tipos de bacterias, no solo las del mismo género (transmisión horizontal).
Por otra parte, estos microorganismos tienen ciclos de vida muy cortos; se calcula que en condiciones óptimas pueden madurar y reproducirse (mediante división) en media hora. Las llamadas bacterias gram negativas tienen una membrana celular más fuerte y, por tanto, con mayor capacidad de resistencia. Para soportar el efecto de los antibióticos, algunas producen una enzima (betalactamasa) que anula la acción de estos medicamentos. Estos procesos de resistencia son naturales, ya que todos los organismos evolucionan adaptándose al medio en el que se encuentran y superando las adversidades a las que se enfrentan.
Este acelerado ciclo de vida junto con un uso indiscriminado de antibióticos es lo que ha hecho posible que las características de resistencia a estos medicamentos se presenten en un tiempo tan corto. El uso indiscriminado de los antibióticos tiene varias dimensiones, como:
- Automedicación y tratamientos incompletos.
- Uso de antibióticos en la producción agrícola y ganadera. Sobre todo, el uso de dosis bajas de antibióticos para fomentar el crecimiento en animales de granja.
- Prescripciones innecesarias hechas por el personal de salud. Como al recetar antibióticos para tratar infecciones que no lo requieren; por ejemplo, de tipo viral.
- La falta de saneamiento e higiene en la salud humana y animal favorece la transmisión de bacterias resistentes.
La contaminación también juega un papel importante, ya que los antibióticos actúan sobre el ambiente después de ser excretados tras su uso (orina y heces). Además, contaminan el agua y la tierra tras un deshecho inapropiado, impactando con esto el crecimiento de las plantas. La tierra y las plantas se vuelven alimento para los animales y con es to la transmisión de genes se vuelve una cadena.
MICROORGANISMO | RESISTENTE A |
---|---|
PRIORIDAD 1 CRÍTICA | |
Acinetobacter baumannii | Carbapenémicos |
Pseudomona aeruginosa | Carbapenémicos |
Enterobacteriaceae | Carbapenémicos productoras de ESBL |
PRIORIDAD 2 ELEVADA | |
Enterococcus faecium | Vancomicina |
Staphylococcus aureus | Meticilina y vancomicina |
Helicobacter pylori | Claritromicina |
Campylobacter spp | Fluoroquinolona |
Salmonellae | Fluoroquinolona |
Neisseria gonorrohoeae | Cefalosporina y fluoroquinolona |
PRIORIDAD 3 MEDIA | |
Streptococcus pneumoniae sin sensibilidad a la penicilina |
|
Haemophilus influenzae | Ampicilina |
Shigella spp | Fluoroquinolona |
Identifican una nueva estrategia para combatir la resistencia bacteriana a los antibióticos
Se trata de la “sensibilidad colateral transitoria”, llamada así por los investigadores del CNB-CSIC, esta es la compensación evolutiva por la que la adquisición de una mutación de resistencia a un antibiótico por parte de una bacteria conlleva mayor sensibilidad a otro, destaca por ser inducible de forma temporal, por evitar la aparición de mutaciones de resistencia a los antibióticos en las bacterias tratadas y por proporcionar una mejora terapéutica en el uso de antibióticos ya comercializados. Han demostrado que se puede inducir la sensibilidad colateral utilizando cloruro de decualinio, un fármaco con propiedades antisépticas y desinfectantes. Este compuesto, a diferencia de los antibióticos, no selecciona mutaciones de resistencia en diferentes cepas mutantes y cepas clínicas multirresistentes, pero induce sensibilidad colateral, de forma consistente, en dichas cepas.
Si bien el fenómeno ha sido profundamente estudiado, nunca se había planteado que fuera posible inducir temporalmente, de forma no heredable, y de modo robusto en diferentes mutantes y cepas clínicas resistentes a diferentes antibióticos.