La disfunción eréctil ha sido considerada como un marcador temprano de riesgo cardiovascular que puede preceder a las manifestaciones clínicas tradicionales de la aterosclerosis. Por otro lado, puede alertar sobre la presencia de factores de riesgo desconocidos y de un riesgo cardiovascular aumentado. (Javaroni & Fritsch, 2012) La prevalencia de disfunción eréctil (DE), en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida va de 47 al 75%. (Vlachopoulos, et al., 2013)
Tanto la enfermedad cardiovascular como la disfunción eréctil tienen factores de riesgo en común entre los que se encuentran: la edad, obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, diabetes, tabaquismo, sedentarismo, depresión y síndrome metabólico. (Vlachopoulos, et al., 2013) Estos factores de riesgo pueden condicionar disfunción endotelial, la cual representa el mecanismo común subyacente de ambos padecimientos. (Gazzaruso, et al., 2016)
En pacientes con enfermedad vascular (enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular), se ha reportado la presencia de disfunción eréctil. Esto se explica considerando que la DE y la enfermedad vascular comparten disfunción en la vía del óxido nítrico, que lleva de manera temprana a una incapacidad de vasodilatación y a alteraciones estructurales en etapa crónica. (Carrillo, et al., 2012)
Estudios prospectivos previos indican que entre los hombres sin enfermedad cardiovascular conocida, aquellos con disfunción eréctil tienen un aumento significativo del riesgo de enfermedad cardiovascular resultante, como enfermedad coronaria, evento vascular cerebral y enfermedad vascular periférica, así como de la mortalidad por cualquier causa, comparados con los hombres sin disfunción eréctil. (Banks, et al., 2013)
En un estudio angiográfico prospectivo de hombres con disfunción eréctil de origen vascular como único síntoma, cerca de 1 de cada 5 presentaba estenosis coronaria significativa. (Nehra, et al., 2013)
Diversos estudios han mostrado que la disfunción eréctil: (Vlachopoulos, et al., 2013).
a. Es frecuente en hombres con enfermedad cardiovascular establecida
b. Coexiste con enfermedad coronaria oculta
c. Es un factor de riesgo independiente para enfermedad cardiovascular futura
En general, la disfunción eréctil precede a eventos cardiovasculares por un periodo que va de 2 a 5 años, teniendo como promedio 3 años. (Viigimaa, et al., 2014; Vlachopoulos, et al., 2013)
Este padecimiento es, por tanto, un predictor independiente en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y puede ofrecer la posibilidad de implementar acciones terapéuticas para minimizar la carga de una enfermedad cardiovascular mayor como infarto del miocardio o un evento vascular cerebral. (Carrillo, et al., 2012; Javaroni & Fritsch, 2012)
Debido a esta asociación que se ha encontrado entre disfunción eréctil y alto riesgo cardiovascular, así como incremento en la mortalidad, se ha recomendado evaluar la DE en la valoración del riesgo cardiovascular, (Ramírez, et al., 2016) pues si bien es en sí mismo un síntoma inquietante, cada vez se reconoce más su importancia como marcador de riesgo para enfermedad cardiovascular potencial y muerte prematura. (Banks, et al., 2013).