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22 de mayo de 2024 Publicado por MedChannel 1,730

El espectro del autismo a través de la lente médica

El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección del desarrollo neurológico con implicación multidimensional, caracterizada por una interacción social disminuida con deficiencias en la comunicación a través del lenguaje verbal y no verbal e inflexibilidad en el comportamiento al presentar conductas repetitivas e intereses restringidos. Con una tendencia mundial aproximada de 1 de cada 160 niños con cierto grado de autismo. Sin embargo, es poco diagnosticada, llegándose a identificar hasta la aparición de su comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos como ansiedad o depresión. Actualmente, no se cuenta con un tratamiento específico para los síntomas nucleares, no obstante, existen diferentes opciones terapéuticas y farmacológicas que permiten mejorar la calidad de vida.



¿Qué es el trastorno del espectro autista?


El TEA se determina por déficits persistentes en la comunicación e interacción social en múltiples contextos, incluidos los de reciprocidad social, comportamientos comunicativos no verbales usados para tal interacción, y las habilidades para desarrollar, mantener y comprender las relaciones. Además del déficit en la comunicación social, el diagnóstico requiere la presencia de patrones de comportamiento, intereses o actividades de tipo restrictivo o repetitivo. Dado que los síntomas cambian con el desarrollo y pueden enmascararse por mecanismos compensatorios, los criterios diagnósticos pueden cumplirse basándose en la información histórica, aunque la presentación actual ha de causar un deterioro significativo.


Factores de riesgo


Se ve influido por una variedad de factores ambientales, genéticos e incluso inmunológicos que actúan en momentos clave del proceso de desarrollo, su compleja relación y la etiología multifactorial devienen en heterogeneidad y variabilidad, dificultando la localización de un trastorno puro. Estudios epidemiológicos han identificado fármacos, metabolitos, toxinas y nutrientes que incrementan el riesgo de esta alteración, especialmente en el periodo prenatal. Recientemente, el interés se ubica más allá del cerebro, se ha propuesto que el sistema inmune y el eje cerebro-intestino-microbioma desempeña un papel, la información actual disponible confirma que dosis elevadas de ácido fólico durante el embarazo aumentan el riesgo de presentar TEA. Otro factor controversial es la vacunación, principalmente la vacuna triple viral y el excipiente timerosal; sin embargo, esta y el resto de las vacunas no tienen ninguna relación con el desarrollo del desorden. Por lo que vale la pena reiterar, las vacunas no están asociadas al autismo.



PATOGENIA


La consideración inicial es de carácter neuroanatómico, con irregularidades en el giro frontal inferior y el cíngulo, corteza orbitofrontal y la amígdala. Las funciones de estas estructuras se muestran alteradas, manifestándose clínicamente como características no exclusivas del autismo, pero sí demasiado frecuentes, como la carencia de empatía, afectividad y cognición inadecuadas, falta de reconocimiento en expresiones faciales, corporales y emocionalidad de los otros, lo cual es fundamental para una comunicación y sociabilidad funcional.



DIAGNÓSTICO


A efecto de generar una metacognición, se menciona la triada específica del espectro autista:


✓ Dificultad en la comunicación.
✓ Dificultad en la socialización.
✓ Patrones de conducta y actividades restringidas.



Criterios DSM-5


1. Déficits persistentes en la comunicación social y en la interacción social.
  • Deficiencias en la comunicación socioemocional, en las conductas comunicativas no verbales y en el desarrollo, mantenimiento y compresión de las relaciones.
2. Patrones restrictivos y repetitivos del comportamiento, interés y actividades (mínimo 2).
  • Acciones estereotipadas o repetitivas.
  • Insistencia en la invariabilidad.
  • Intereses muy restringidos o fijos.
  • Hiper-hipo reactividad a estímulos sensoriales.
3. Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del desarrollo.
4. Los síntomas causan un deterioro significativo en lo social, laboral o en otras áreas del funcionamiento habitual.
5. Estas alteraciones no se explican mejor por discapacidad intelectual o por retraso global del desarrollo, donde la comunicación social es un punto de diferenciación importante.



TRATAMIENTO

¿Cuál es la mejor manera de atender a un paciente con autismo?


Aquella que facilite el desarrollo de las habilidades sociales. Ningún medicamento ha sido aprobado para el tratamiento de los síntomas capitales de ese trastorno, permanece lejano el disponer de una guía universal que ayude a normar la conducta terapéutica para estos pacientes.


A pesar de ello, se propone una terapia integrativa, la cual no es lineal o escalonada, sino que emplea herramientas pertenecientes a 3 formas diferentes de intervenir, y pueden ser utilizadas a criterio clínico para la atención individualizada de los pacientes según sus necesidades. La terapia intensiva de comportamiento se refiere al análisis de comportamiento aplicado, la cual representa la única terapia convencional que provee, mediante métodos basados en evidencia, una mejora marginal en los síntomas nucleares del TEA. Atender cada núcleo con su debida pertinencia es clave en este padecimiento, lograr un lenguaje que ayude a cumplir las actividades básicas e instrumentadas de la vida diaria es una meta primaria fundamental, ya que es la que propicia un buen pronóstico. Cada déficit de comunicación y sociabilidad tendrá una forma diferente de resolución y un grado variable de método, pero todas apuntan a un mejor pronóstico.

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