En el contexto clínico actual, los trastornos de ansiedad representan una de las causas más frecuentes de consulta en el primer nivel de atención y en consultas especializadas. Se estima que entre el 10% y el 20% de los adultos presentan algún tipo de trastorno ansioso a lo largo de su vida, lo que subraya la necesidad de un abordaje efectivo, empático y actualizado en el contexto ambulatorio.
Identificación clínica: ¿Qué debemos buscar?
Los pacientes con trastornos de ansiedad rara vez llegan a consulta manifestando directamente ansiedad. En su lugar, suelen referir
síntomas somáticos como palpitaciones, disnea, cefalea, insomnio o síntomas gastrointestinales inespecíficos. Es esencial realizar
una historia clínica detallada, explorando antecedentes psiquiátricos, uso de sustancias, factores estresantes recientes y presencia
de comorbilidades médicas.
Herramientas útiles como el GAD-7 (Generalized Anxiety Disorder-7) permiten una evaluación rápida y validada del nivel de ansiedad
generalizada, siendo una opción recomendable para tamizaje en consulta externa.
Diagnóstico diferencial
Debe distinguirse entre trastornos de ansiedad primarios (trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobia social,
entre otros) y síntomas ansiosos secundarios a trastornos médicos (hipertiroidismo, hipoglucemia, etc.) o inducidos por sustancias.
La evaluación integral incluye estudios básicos como biometría hemática, perfil tiroideo, y en casos indicados, electrocardiograma.
Abordaje terapéutico
El tratamiento en el contexto ambulatorio debe individualizarse según la gravedad, comorbilidades y preferencias del paciente. Las
intervenciones psicoeducativas son fundamentales desde la primera consulta: explicar la naturaleza del trastorno, su curso, y las
opciones terapéuticas disponibles genera una alianza terapéutica sólida.
Tratamiento farmacológico
Los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS), como sertralina o escitalopram, son fármacos de primera línea con
eficacia comprobada y buen perfil de seguridad. En casos de ansiedad intensa o crisis de pánico, puede considerarse el uso transitorio
de benzodiacepinas, vigilando estrechamente el riesgo de dependencia.
Psicoterapia
La terapia cognitivo-conductual (TCC) continúa siendo la modalidad psicoterapéutica con mayor evidencia en el tratamiento de los
trastornos de ansiedad. Cuando el recurso psicoterapéutico no está disponible de inmediato, se puede iniciar tratamiento
farmacológico mientras se canaliza adecuadamente.
Consideraciones clínicas finales
- La detección temprana y tratamiento oportuno pueden prevenir la cronificación del trastorno.
- La comunicación clara y la empatía son claves para disminuir la estigmatización y fomentar la adherencia.
- Es importante promover la educación médica continua para mejorar el reconocimiento y manejo de estos trastornos en el primer contacto médico.
Referencias:
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